Si quieres que la gente te compre tus productos o tus servicios… y los compre bien… plantearse esto es un buen comienzo:
¿Y si tu negocio es ‘el extraño en la pantalla’ y aún no lo sabes?
Los negocios que fracasan son ‘el extraño en la pantalla’ — los que ganan, al principio también, luego hacen esto:
Antes…
Hace un montón de años.
Cuando las ciudades eran fortalezas con murallas y torres.
La gente de afuera, la gente extraña, se consideraba El Enemigo (hasta que demostraban lo contrario).
Por eso:
Los vendedores, los mercaderes que viajaban de un lugar a otro tenían que pasar un desafío en cada ciudad:
Tenían que lograr que les abrieran la puerta.
Hoy, si quieres vender algo, no tienes que tocar aldabas inmensas.
Ni tirar de caballos de Troya.
Y, aunque no hay murallas, igual tienes que pasar un desafío.
Y no es tan fácil.
Por eso…
Muchos se quedan afuera, parados en el umbral
Se quedan en la fría pantalla porque con sus anuncios, emails y mensajes no logran ganarse ni el interés ni la confianza de la gente.
Los centinelas no les abren.
Los ignoran.
Antes, los que se ganaban la confianza de los habitantes tras los muros recibían un regalo.
Les entregaban las llaves de la ciudad.
Eran un reconocimiento, un símbolo, pero claro: también funcionaban:
Con esas llaves podías entrar a donde quisieras
Hoy, en el mundo de las pantallas, hay personas que también tienen las llaves para entrar a donde sea.
Esas llaves son:
Saber hacer sentir.
Hacerle clic a la gente.
Pero no digo hacer clic en un ordenador.
Digo salir de la pantalla y hacerle clic a la gente en ese punto donde el dolor se junta con el interés.
Para ganarse la confianza del centinela, para que te abran la puerta y te compren.
Bueno, para hacer eso seguro que hay mil métodos.
Yo conozco uno:
Escribir y provocar reacciones.
Hablo de eso todos los días en unos emails que se leen en 53 segundos.
Para recibirlos todo lo que tienes que hacer es poner tu email en esta cajita:
[mc4wp_form id=»2918″]
Y puedes dejar de recibirlos cuando quieras, con un solo clic.
Entonces lo que te decía
En esos correos a veces cae algún consejo.
A veces alguna anécdota sobre este asunto de las reacciones de la gente que lee.
Te pongo un ejemplo:
Resulta que en algún punto me dio por querer estudiar historia.
Para resumir:
Lo único que hice fue meterme en líos y conocer gente…
Como Lorena…
Una nerd de espalda tatuada fan de Cleopatra que una tarde me dijo algo muy loco que puede servir para hacer que la gente lea y reaccione.
Por cierto, lo que me dijo fue:
“¿Qué tienen en común Bonaparte, Trump, las Kardashian y los viajes espaciales?”
Claro, también me dio la respuesta.
No creas que es una respuesta súper larga.
Son solo tres letras y cuento los detalles en un librito en PDF que se lee rapidísimo.
Eso de las tres letras…
- Es un indicador del nivel de persuasión de todo lo que lees y escribes. (Con eso te olvidas de armar textos al tun tun y de preguntarte a cada rato si lo que acabas de escribir “suena bien” o “convincente”).
- Es una herramienta que sirve para enfrentarse a la página en blanco. (Antes de sentarte a escribir ya tendrás al menos tres ángulos para sacar montones de ideas).
- Es un dato usado por las leyendas del marketing de respuesta directa en campañas muy exitosas. (Justo a la mitad del PDF encuentras tres ejemplos reales, de tres sectores diferentes, para que veas cómo lo aplicaron los maestros y luego puedas aplicarlo tú).
Todo eso viene en el PDF que te envío cuando pones tu email en la pestaña de abajo.
Solo en caso te interese.
[mc4wp_form id=»2918″]